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La lucha por la paz en la nueva coyuntura internacional

Cátedra UNESCO de Educación para la Paz

Facultad de Educación, Universidad de Puerto Rico

26 de febrero de 2002

 

Transcripción de participación:

 

El trabajo por la paz

 

Dr. Luis Rivera Pagán

Princeton Theological Seminary

Universidad de Princeton

y

Facultad de Estudios Generales

Universidad de Puerto Rico

 

 

Nos encontramos conversando sobre la paz en un mundo de guerra.   Yo nunca olvidaré la primera vez, hace muchos años, incluso antes de que la mayor parte de los estudiantes aquí presentes hubiesen nacido, recuerdo haber ido por primera vez al zoológico del Bronx y haber caminado por una de aquellas esquinas medias tenebrosas del zoológico donde uno se encontraba con un anuncio que decía:  “Cuidado usted va a ver ahora al animal mas peligroso en el mundo!”  Uno iba con mucha tensión, con mucho temor.  De pronto se encontraba con un espejo.  El mensaje del zoológico era evidente, los animales podían ser  agresivos, luchar por la alimentación, pelear por la reproducción, pero el ser humano, de acuerdo a ese mensaje, es el único animal que planifica estratégicamente la aniquilación de sus congéneres.  Así que no solamente pelea porque nos encontramos frente al mismo territorio, o el caso clásico de las guerras machistas ante la misma hembra seductora, sino que elabora razones, construye ideologías que legitiman la planificación de la aniquilación de otros seres humanos. 

 

Tengo un colega de literatura comparada que continuamente me dice que, en su opinión la mejor novela jamás escrita sigue siendo Guerra y Paz de Leon Tolstoy.  Trata de Rusia durante la invasión napoleónica y como esa invasión se convierte en un contexto que altera dramáticamente la existencia de mucha gente, los invasores, los invadidos.  Aborda como en ese contexto cada ser humano expresa a su plenitud, las distintas tendencias que internamente llevamos.  Bueno, pero ante esas diversas consideraciones, realistas podríamos decir algunos, pesimistas dirían otros, sobre la belicosidad humana y la capacidad que tenemos las sociedades de diseñar supuestas buenas razones para matarnos los unos a los otros de una manera estratégica, ordenada, científica, planificada, ha surgido también siempre el sueño de la paz, la profecía de la paz.  Uno encuentra en un hermoso pasaje del antiguo testamento la idea:  Ah, llegará el momento en que el león habitará con el cordero, en que el lobo estará allí con el carnero y todos participarán de los bienes de la Creación y allí podremos… El sueño sigue… Cada cual tendrá el vino que desee tomar y el pan que desee comer y nadie dormirá con temor del adversario.  Así en distintas sociedades, no solamente la hebrea, ha habido ese contrapunto, esa reacción perpetua a el horizonte que nos parece acompañar continuamente la guerra-- la posibilidad de que los seres humanos convivan los unos con los otros sin tener que destruirse.  Incluso, durante fines del siglo 19 y principios del 20 se llegaron a acuerdos y se hablaba de la posibilidad de abolir la guerra.  Algunos decían, así como se abolió la esclavitud y así como ahora se está logrando la emancipación de la subordinación de la mujer, así también podríamos soñar con la erradicación de las guerras.

 

Bueno, ustedes conocen el siglo 20, sino porque lo vivieron, por lo menos porque lo han podido estudiar aquí en la universidad: Primera Guerra Mundial, Primera guerra balcánica, Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam, y  todas la otras guerras. Los centenares de guerras que ensangrentaron ese Siglo 20.  Algunas, porque participaron las grandes potencias, pues fueron más publicadas. Otras, como la matanza de centenares de miles en Ruanda en 1994,  son menos publicitadas porque son sociedades al margen de la civilización occidental.  Algunos a fines de ese siglo tan sangriento, el Siglo 20, comenzaron a pensar que el siglo 21 a lo mejor sería distinto.  Bueno, el siglo 21 lo comenzamos de la misma manera que comenzaron nuestros abuelos o bisabuelos el siglo 20, a puñetazos.  No realmente a puñetazos, algo un poco mas serio, a bombazos, a cohetes mísiles.  Ha cambiado la tecnología, pero no ha cambiado la inclinación a resolver complejos problemas políticos internacionales mediante la acción militar.  La única diferencia entre como se peleaba a principios del Siglo 20 y como se pelea a principios del siglo 21, la diferencia es importante, es tecnológica fundamentalmente.  En el momento en que surge un conflicto político internacional mas complejo, todavía quienes tienen el poder para intentar resolverlo mediante medios militares intentan resolverlo así.  Eso creo que quedó claramente demostrado el 7 de octubre cuando los Estados Unidos deciden resolver el problema del 11 de septiembre mediante la guerra contra Afganistán.

 

Hay un elemento sin embargo, que en los últimos días se ha discutido mucho que es el problema del terror  y el terrorismo.  Parte del nuevo horizonte dentro de la guerra es la cuestión del terror y el terrorismo. Cuando se habla de “terrorismo”, “los ejes del terror”, “los ejes del mal”, la “lista de terroristas”, se habla de quien cae dentro, quien cae fuera.  La gente que cae dentro dice no nosotros debemos estar afuera y hay grupos que están afuera y dicen por qué no nos metes dentro. ¿Y qué es un terrorista? y se están empezando a trazar las normas de ley internacional para lidiar con los terroristas.  ¿Cuándo un ser humano deja de ser terrorista y se convierte en un luchador por la libertad?  ¿Cuando Nelson Mandela dejó de ser un terrorista violento y se convirtió en un patriota, un luchador por la libertad, un mártir?  ¿Cuándo Menahem Bejín  se convirtió?  ¿Cuándo George Washington se pasó de una categoría a otra?  Bueno, cuando hablamos del terrorismo actual y los esfuerzos en derecho internacional para definirlo y para tratar de resolver ese problema, y para que podamos todos  tomar un avión con tranquilidad -- el 11 de septiembre yo estaba en el aire, iba para Newark y terminé en Bermuda, lo cual no está mal verdad, terminar en Bermuda dos días?  Lo único que mi esposa a última hora decidió no ir así que … tuve dos días solitario en un bellísimo hotel en Bermuda viendo continuamente televisión en CNN y desesperado por salir de allí.  Entonces, para que yo no tenga que hacer un testamento cada vez que tomo un avión y mi esposa esté tranquila -- eso es bueno resolverlo. 

 

Pero vamos a trazar genealogías con el asunto del terror porque los que no somos tan jóvenes aquí, que por desagracia yo estoy en esa categoría, recordamos que durante décadas los grandes estrategas militares y políticos hablaban elogiosamente del llamado “equilibrio del terror”.  ¿Qué era el equilibrio del terror?  Bueno el equilibrio del terror era que un bando, si los Estados Unidos y sus aliados tenían suficientes armas nucleares para destruir a los adversarios y a toda la civilización, y la Unión Soviética y sus aliados tenían la suficientes armas nucleares para destruir a los EEUU y a toda la civilización moderna y uno dice, que cosa mas terrorífica. ¡Seguro!, el equilibrio del terror.  Pero la lógica era de qué bueno que hay equilibrio del terror porque estamos tan aterrados, que nadie comenzará una guerra.  Pero esto hizo que entre principios de la década del 50 y la del 90, nos acostumbráramos mucho a hablar del terror como algo positivo, porque supuestamente si les tenemos terror al adversario y el adversario nos tiene terror a nosotros ( y es necesario tener terror porque estamos hablando de armas nucleares), entonces no guerreábamos.

 

Pero antes de eso, porque hoy hay naciones que reclaman la pureza de la moralidad . . .  El 6 de agosto de 1945 y el 9 de agosto de 1945 sucedió lo que me imagino que todos saben reconocer.  ¿Qué pasó? bueno que una nación que estaba en pelea con otra, Estados Unidos contra Japón, había decidido dejar dos ciudades intactas y que sobre esas ciudades no se bombardeara y pobre Tokio y pobre de los demás, pero solamente esas ciudades, bueno y también Kioto por la tradición religiosa de Kioto --Hiroshima y Nagasaki.  ¿Para qué? No solamente por la cuestión científica de demostrar en Hiroshima la bomba de uranio y en Nagasaki la bomba de plutonio, sino para aterrorizar. Y se mataron entre esos dos días… los cálculos difieren porque depende de hasta cuando llevas la mortalidad de lo que sucedió esos días, puede ser entre 80,000 a 200,000. ¿Con qué objetivo? Con el objetivo de aterrorizar a Japón y que Japón se rindiera y supuestamente, para los que escriben la historia de la Segunda Guerra Mundial, fue una estrategia adecuada porque aparentemente Japón se aterrorizó y el 15 de agosto el Emperador sacó bandera blanca y dijo “ya no más”, “no queremos una tercera”. Dicho sea de paso no había una tercera, un famoso bluff, no había una tercera arma atómica y no la habría por los próximos dos años pero el Japón sacó bandera.  ¿Por qué estoy diciendo esto? Estoy diciendo esto porque si queremos hablar de terror y de terrorismo no podemos comenzar la historia con el 11 de septiembre.  Hay que ubicar el problema del terror y el terrorismo en un contexto-horizonte histórico y ustedes esperan de nosotros los profesores que colaboremos con los estudiantes haciendo eso.

 

Bueno, hay otro elemento que es importante en todo esto. Y es el problema de la militarización de la investigación científica y eso es un problema crucial en las universidades. Déjenme darle un ejemplo, estaba leyendo anoche una pequeña biografía de Fritz Haver.  ¿Quién es él? Pues el fue un premio Nobel alemán, le dieron un premio Nobel por sus investigaciones químicas , un químico alemán.  El premio Nobel se lo dieron en 1918. ¿En qué se distinguió Fritz Haver? Bueno hubo un montón de investigaciones químicas, pero en el 1914 se alistó, soy alemán y vamos a la guerra. Y fue el gran propulsor de las llamadas armas químicas.  Entonces entre 1914  y 1918 fue trabajando y al final no fue elemento decisivo para la victoria, Alemania perdió la guerra. Pero, el nombre de Fritz Haver se consignó como símbolo de un tiempo de la ciencia dedicada a la creación de armas terribles .  En 1933, llegó Hitler al poder y resultó que había un problema, Fritz Haver era de ascendencia judía y ese día, que ni hebreo sabía como muchos otros, tuvo que emigrar y murió en la migración lleno de una profunda angustia.  En sus notas posteriores se refleja un profundo dolor y angustia por  haber dedicado su inteligencia a la creación de terribles armas, armas al servicio de una nación que en esos momentos (1923) ya no tenía cabida para él.  Así que una de las cosas que tenemos que pensar en la situación actual es el asunto de la militarización de la ciencia y eso es bien importante en los círculos académicos.

 

Otro elemento es, se cayeron las dos torres, eso todos lo saben.  Bien, ¿Por qué se caen las dos torres?  Bueno, porque los aviones le dan. ¿Pero qué representaban las dos torres?  Representaban algo importante, representaban el dominio de la globalización del capital.  El Pentágono no se cayó porque sólo uno le dio, y es difícil que se caiga algo que está bastante cercano a la tierra.  Pero, ¿qué representa el Pentágono?  La hegemonía militar.  Triste la muerte de los civiles, terrible el acto, criminal el acto perfecto, pero vamos a pensar de qué se trata.  Porque es “muy bonito” entrar dentro del esquema de “unos matan civiles, nosotros matamos terroristas”.  De lo que se trata es de una protesta colosal, protesta colosal por la desigualdad de la globalización que significa riquezas para unos  y pobreza para otros y por el terrible poder militar que apoya esa desigualdad. Y por último, dentro de esta nueva coyuntura, aunque no es la primera vez, hay un elemento central. Hemos redescubierto la importancia de la religiosidad.  Yo no sé si ustedes han leído las notas que tenían las 19 personas que participaron en los cuatro ataques, los tres que se lograron y el cuarto frustrado.  Eran como un proceso de purificación religiosa y espiritual. Un profesor de Harvard escribió hace unos años un libro titulado Race Matters, o sea el asunto racial importa. Uno podría escribir un libro que diga Religion Matters.  Es decir, hay gente que está dispuesta a matar en nombre de Dios y eso nos choca.  Pero es importante que en vez de decir que eso está mal, empezar a reflexionar sobre eso.  

 

Como no tengo mucho tiempo, les voy a recomendar tres libros. (Uno es profesor y parte de los defectos ocupacionales de uno como profesor es leer libros y fastidiar a los estudiantes porque entonces uno se los asigna y también los tienen que leer, con menos tiempo que nosotros porque generalmente los profesores tenemos más tiempo libre que los estudiantes.) Así que déjenme recomendarles tres libros, uno es de una mujer llamada Karen Armstrong  se llama The Battle for God. ¿De qué se trata ese libro?  Se trata de cómo en el Siglo 20 – y  ese libro fue escrito antes del 11 de septiembre -- en las tres religiones monoteístas mas famosas, Cristianismo, Judaísmo e Islamismo se van desarrollando movimientos muy belicosos, muy conservadores, usando un lenguaje muy fundamentalista, muy en contra de la modernidad. Y que se iba incubando una violencia religiosa en nombre de Dios. Un segundo libro, es de un sociólogo de la Universidad de California  Mark Juergensmeyer, Terror in the Mind of God: The Global Rise of Religious Violence.  Es también escrito antes del 11 de septiembre. Ahora ha salido la segunda edición, pos 11 de septiembre, discutiendo como los distintos… y no solamente islamitas, cristianos también, Hindús también, Sioux también, Judíos también; distintos grupos que entienden que son los profetas armados de Dios y que están dispuestos a matar y morir en nombre de Dios. Y por último, un libro encantador de Regina Schwartz titulado The  Curse of Cain : The Violent Legacy of Monotheism donde plantea, y esto es importante que los cristianos lo oigamos, igual que los Judíos y los islamitas, que el monoteísmo con toda la idea sublime de la unidad de la divinidad, la unidad del ser,  unidad de los humanos, también puede querer decir la exclusividad de la verdad religiosa y por lo tanto la exclusión de unos pueblos que no creen como nosotros. El lado oscuro de la luna, el  lado potencialmente peligroso que se ha reflejado por toda la historia.  Yo creo que en términos del Islam, y con eso concluyo . . . Déjenme decirle algo que la mayor parte de los estudiantes no saben.  Durante el Siglo 20 el Islam creció mas que el cristianismo, absoluta y proporcionalmente.  En 1900, el 34.5% de la población mundial era Cristiana.  En el  año 2000  el 33%. De 34.5  a 33 . En el  año 1900, el 12.34% era musulmana, en el año 2000 19.62%. O aprendemos a vivir juntos en armonía, en diálogo, en paz y sin violencia en este planeta que nos cobija a los cristianos, a los islamitas … o si no el Siglo 21 va a hacer palidecer al 20 como un siglo de guerras de violencia y de enfrentamientos sangrientos.