30 de octubre de 2013
(Publicado originalemente en el diario "El Nuevo Día"; http://www.elnuevodia.com/columna-otracancionparavieques-1631233.html)
LILIANA COTTO MORALES
“Y por amar las mismas cosas hoy nos tenemos en canción” (Tito Auger)
Estamos en una coyuntura privilegiada. Las diversas instancias gubernamentales buscan alternativas para estimular futuros valiosos para otro Vieques y para otro Puerto Rico posible. Los futuros valiosos se levantan con acciones. El complemento perfecto y necesario será comunitario, activado y organizado, que comparta el manejo de proyectos y estimule el cumplimiento de estos.
En Vieques y en Puerto Rico es urgente una movilización comunitaria autogestionada y proactiva. En las “Guías para el desarrollo sustentable de Vieques (Prólogo 2005)” escribí: “Conocer las guías y el ‘Plan maestro para Vieques y Culebra (2004)’ apodera, ya que ofrece criterios de evaluación adicionales, para examinar las propuestas que se formulen desde el Gobierno central, el municipal, el capital privado o grupos de la sociedad civil”.
Sin embargo, ni las leyes ni los planes garantizan que las cosas deseadas ocurran. La garantía es la fuerza de la comunidad traducida en organización y lucha (Rivera, Prólogo: 2005).
Necesitamos iniciativas de animación comunitaria y participación ciudadana desde la comunidad y desde el Gobierno. Vale la pena potenciar los planes y acciones de las revitalizadas Oficinas de Comunidades Especiales y del Comisionado para Vieques y Culebra con la fuerza de las comunidades organizadas. El pueblo de Vieques cuenta con herramientas para el cambio que no han tenido la difusión necesaria. La “visión” de futuro de las “Guías” (2002), proyecto de planificación participativa y el “Plan maestro” que inspiró, son parte de esas herramientas. Es necesario divulgar su existencia entre los viequenses para estimular más acción por parte de la ciudadanía. En el verano de 1992 coordiné el equipo de científicos sociales para el primer Plan de Desarrollo Integral de la Península de Cantera dirigido por el planificador y arquitecto Edwin Quiles. Los pobladores de las barriadas de esa área estaban desconfiados y desmotivados. Inventamos talleres de planificación participativa por barrio y un gran evento de animación que marcó un cambio de actitudes. El proyecto contó con financiamiento gubernamental. Ese mismo año se aprobó la ley que viabilizó el proyecto de la Península de Cantera. Otro ejemplo pertinente es el Proyecto Enlace en el Caño de Martín Peña (2002).
En Vieques esto puede ser posible. Lo clave es que Gobierno y comunidades desarrollen estrategias de animación que produzcan una activa y crítica participación ciudadana, descolonizada e independiente.
Igualmente, otros pueblos pueden fortalecer y crear proyectos piloto que estimulen la participación ciudadana. Éstas pueden ser acciones colectivas autogestionadas y en diálogo con las distintas instancias del Gobierno. Por razones políticas y educativas, la gente de las comunidades debe conocer los planes gubernamentales y viceversa.
Para Vieques, recomiendo la organización de talleres deliberativos sobre contenidos específicos de las guías y el plan maestro en diferentes comunidades; identificar a quienes desean hacer proyectos viables, informarles sobre las iniciativas gubernamentales e identificar nuevos recursos humanos para el liderazgo. Comenzar con tres grupos o barrios para presentar las herramientas. Luego de identificados, organizar encuentros de animación comunitaria que serían el núcleo del proyecto piloto. En una reunión de residentes de Vieques se recomendarían las comunidades interesadas.
Un plan como éste le conviene al Gobierno y a los grupos de la sociedad civil, porque se identificarían nuevos líderes y se practicarían nuevas formas de convocatoria que se pueden evaluar, continuar o descartar. También le conviene a los pobladores pues significa la apertura y el fortalecimiento de su poder al autogestionar el comienzo del proceso. Finalmente, esta animación comunitaria se potencia con la salida al aire de Radio Vieques.